martes, 25 de enero de 2011

MÉXICO, CIENTÍFICAMENTE ANALFABETA

El título de este artículo se debe a Antonio Peña, investigador emérito de la UNAM. Es una conclusión a la que llegó con base en diversos datos que serán presentados a continuación. Algunos de ellos han sido expuestos en este espacio y vale recordarlos. Otros son nuevos. De acuerdo con el informe titulado El estado de la ciencia (UNESCO, 2010), México es uno de los países que menos invierten en el rubro científico tecnológico. No sorprende, por tanto, que la producción científica nacional sea baja y la formación de investigadores escasa (El Economista, 16/I/11). En efecto, el presupuesto del gobierno mexicano destinado al desarrollo de la ciencia es de sólo 0.4 por ciento del PIB, aunque la Ley de Ciencia y Tecnología establece, desde 2006, que la inversión tiene que ser de 1 por ciento del PIB, lo que no se cumple. En comparación, Brasil y China e India invierten 1.1 y 1.4 por ciento respectivamente.

Por ello no es fortuito que en días pasados, con motivo del cuadragésimo aniversario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el presidente Calderón afirmara que “ve cerca una política de Estado en ciencia y tecnología (MILENIO Diario, 15/I/11). Se desprende, de lo anterior, que esa política aún no se encuentra del todo estructurada, a pesar de que ella sea una de las claves para el desarrollo del país. Las palabras presidenciales quedan en intención y no se traducen en hechos. René Drucker, otro científico distinguido de la UNAM, sostiene que la ciencia se encuentra “abandonada” en México. Un país sin política científica, agrega, está condenado a fallecer. Drucker pone como ejemplo a Brasil, que el año pasado invirtió en el ramo de la ciencia y la tecnología alrededor de 34 mil millones de dólares (mdd), que aportaron el Estado y diversas instituciones privadas (Reforma, 16/I/11). Al comparar esta cifra con la que invierte México, puede desprenderse el abismo que nos separa del país sudamericano. Este año se invertirán en México tan sólo 4 mil mdd. El Conacyt dispondrá de 17 mil 500 millones de pesos, una cifra magra, cuyo destino principal será el otorgamientode becas para estudiar posgrados en el extranjero y financiar el Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Con base en lo anterior el compromiso gubernamental tiene que fortalecerse para promover las actividades científicas y tecnológicas: es prioritario. México es un país cuya base económica se encuentra en las exportaciones hacia el mercado estadunidense y el desempeño económico nacional depende de los vaivenes del país vecino. Brasil, en cambio, ha desarrollado una política de Estado que le permite ser uno de los grandes productores de la industria aeronáutica y sus avances en materia de hidrocarburos es sorprendente. Muchos de los aviones de las líneas aéreas mexicanas son fabricados en Brasil, por la empresa estatal Embraer que emplea a más de 17 mil técnicos y científicos. La preocupación de Drucker llega al punto de considerar “alarmante” el estado actual de la ciencia mexicana.

El Conacyt es una institución (establecida en 1971) cuyo objetivo fundamental ha sido impulsar la investigación. Sin duda que los logros, aunque escasos, que se han obtenido en los últimos 40 años tienen algo que ver con el establecimiento de ese consejo. Sin embargo, hay opiniones como la de Drucker que este organismo se ha vuelto inoperante: se ha burocratizado. El financiamiento de proyectos de investigación es lento y, con el tiempo, la tardanza se ha agravado. La convocatoria para proyectos en ciencia básica correspondientes a 2008 fueron dados a conocer 20 meses después, lo que sustenta el desgano del consejo.

Desde otro ángulo puede observarse el rezago mexicano en cuanto al tamaño de su planta de investigadores. De acuerdo con el informe de la UNESCO antes citado, del total de investigadores en el mundo, sólo 0.5 por ciento son mexicanos. Brasil y China contribuyen, cada uno, con 2 por ciento, esto es cuatro veces más que la cifra mexicana. China aporta 14 por ciento y Estados Unidos 20 por ciento. En otras palabras, si se suman los investigadores estadunidenses y chinos, ambos tienen uno de cada tres investigadores del mundo (Reforma, 16/I/11). Otro indicador preocupante es que de cada 100 doctorados que se forman en México, 14 abandonan el país. La explicación es sencilla: México no ofrece oportunidades a sus pocos profesionales de alto nivel, los que son aprovechados en otras latitudes, aunque hayan sido financiados con recursos nacionales.

Con fines comparativos, en Brasil salen sólo tres de cada 100 doctorados. Las áreas que privilegia este país son los biocombustibles, la energía eléctrica y el petróleo, entre otras áreas. Estos datos son los que explican por qué el liderazgo latinoamericano en términos de crecimiento económico y aumento en el bienestar social se encuentra en Brasil, cuya agenda de mediano plazo se encuentra bien definida.

Otro de los factores que están frenando el desarrollo científico mexicano y, en consecuencia, poniendo en riesgo la viabilidad del país es la violencia que se ha extendido con inusual rapidez en los últimos dos años. Si en ciencia y tecnología se dispondrán, en 2011, de 4 mil mdd, en seguridad se destinarán (los presupuestos sumados de las secretarías de la Defensa, Marina, PGR y Seguridad Pública federal) más de 103 mil millones de pesos (Diario Oficial, 7/XII/10, cuarta sección): casi seis veces más de lo que recibirá el Conacyt para las tareas que le son propias.

En suma, sin investigación científica no hay nación viable. En México se ha descuidado, de manera alarmante, este aspecto que es clave para el desarrollo. Es probable que el gobierno triunfe en la lucha contra la delincuencia. Pero es probable también que el costo sea el de un país fallido, por carecer de una base mínima científica y tecnológica.


Reyna, Jose Luis. “México, científicamente analfabeta” en Milenio, lunes 24 de enero de 2011, consultada el 25 de enero de 2011, http://milenio.com

martes, 18 de enero de 2011

LA PRISA

El reclamo nacional porque se termine el “baño de sangre” al que Felipe Calderón ha llevado a un país horrorizado cada vez más por la muerte de múltiples inocentes, está siendo respondido por el gobierno de la derecha con una absoluta intransigencia y la advertencia de que tiene prisa.

1. En el acto propagandístico Diálogos por la Seguridad, que organizó el gobierno de facto en el Campo Marte el miércoles 12, durante el cual tuvo que reconocer que como consecuencias de su supuesta “guerra contra el narco” hubo 15 mil 273 muertos en 2010, con un nerviosismo ya desenfrenado Felipe Calderón aseveró que tiene “prisa” en esta que presentó como su lucha personal, dando a entender que las políticas irracionales de violencia que ha auspiciado van a intensificarse en los próximos meses.

2. El mensaje es amenazador sobre todo porque se da en un contexto en el que el repudio a las políticas gubernamentales es generalizado y no evidencia más que la mafia en el poder quiere seguir anteponiendo sus intereses espurios a los derechos de los mexicanos. La prisa de Calderón no es nada más el temor fundado al hecho de que los panistas van a perder el poder en 2012 y no podrán seguir con sus políticas bárbaras, sino a que sus intereses privados fundamentales van a estar en riesgo. De ahí la prisa por desmantelar a la nación, aniquilar al Estado y despojar al pueblo de sus derechos sociales fundamentales.

3. La campaña “¡Basta de sangre!”, iniciativa del dibujante Eduardo del Río (Rius) y del periodista Julio Scherer García, anunciada el domingo 9 de enero, que han respaldado en diversos medios varios dibujantes –entre ellos Rogelio Naranjo, Antonio Helguera, José Hernández y Rafael Barajas, El Fisgón–, así como múltiples intelectuales, y a la que aludía La Jornada en su editorial del lunes 10, es un llamado a la civilidad y la legalidad para terminar con la barbarie que está colmando al país, pues como ahí se decía “la actual administración ya no está en condiciones en los dos años que le restan, de conseguir algo semejante a logros reales en materia de imposición del estado de derecho, como no sean acciones puramente mediáticas”.

4. La campaña es una convocatoria a la racionalidad, y sin embargo recibió en un primer momento una serie de críticas que evidencian la reticencia de la derecha mexicana a aceptar que el país requiere detener estas políticas desquiciadas. La pretendida “guerra de Calderón” contra el narco no fue nunca desde la perspectiva nacional más que un ardid de los panistas para legitimar su gobierno espurio y darle una pretendida autoridad a quien buscaba encabezarlo, no obstante que estaba siendo impulsada desde Washington para acelerar la descomposición de las instituciones mexicanas y tener una mayor injerencia en nuestro país a fin de controlar espacios estratégicos. Como en esta columna se ha señalado desde hace varios años, la ruptura a la legalidad en la que se sustentaba no podía conducir más que a la barbarie, pero ello no obsta para que se sigan argumentando todo género de falacias para tratar de seguir sobre la misma vía.

5. Una primera mentira consiste en sostener que los miles de muertos se deben atribuir a los cárteles y que son narcocrímenes, lo que es falso por completo. No, no son “las bandas delictivas” las que está “literalmente matándose”, como dijo Calderón en este acto, a menos que esté reconociendo que su gobierno es una “banda delictiva” y que tiene intereses en el narco. Los miles de muertos que se han producido en cada uno de los cuatro años de su desastroso gobierno no pueden atribuirse a los narcotraficantes pues son obra también tanto de las fuerzas militares y policiales como de los grupos paramilitares formados precisamente para perpetrar matanzas por el mismo gobierno, que quiere ahora culpar a los otros de sus propios crímenes. Las fuerzas oficiales han disparado contra los civiles por impericia y por error pero también con un totalitario afán aleccionador o por brutalidad gratuita e irracional, como se ve en múltiples denuncias presentadas ante la CNDH y organismos internacionales, sin descartar los casos en que lo han hecho con premeditación.

6. El caso de los migrantes centroamericanos es en particular grave pues el gobierno de Felipe Calderón auspició una política muy clara de terror y amedrentamiento en contra de ellos, buscando disuadirlos de ingresar al territorio nacional al alentar su extorsión por funcionarios de migración y su eliminación con los grupos paramilitares, que según se ha señalado creó el gobierno actual en absoluto desprecio del principio establecido en el artículo primero constitucional que establece que en los Estados Unidos Mexicanos “todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución”.

7. La aseveración de que poner un alto al irracional baño de sangre significaría “rendir la plaza”, como pretenden algunos, es no sólo perversa sino absurda. Luego de más de cuatro años de la supuesta “guerra” calderonista, los narcos mexicanos tienen su poder acrecentado, disponen de mayor capacidad armada, controlan más extensos territorios, como más poder en el aparato burocrático y financiero del régimen. La violencia del gobierno panista no sólo engendró más violencia sino que convirtió a los cárteles de organizaciones comerciales en organizaciones armadas y políticas más exitosas. Un gobierno cuya principal fuerza es la violencia armada es un gobierno sin futuro.

8. No extraña, por lo mismo, que en los actos del Campo Marte hayan estado siempre presentes para el simulado “diálogo” los representantes de las ONG de lujo uncidas al gobierno panista: la sociedad civil blanquiazul, que ni es civil ni es ciudadana, pues está financiada por el Estado ya que desde los años de Fox las ONG son como los partidos “entidades de interés público” y reciben un macrofinanciamiento público. La señora Wallace goza en la capital de todas las prerrogativas y actúa como agente policial, mientras que a Marisela Escobedo, que buscaba la detención del asesino de su hija, se le dejó morir acribillada el 16 de diciembre a las puertas del palacio de gobierno de Chihuahua.

9. La extrema derecha ha estado sufriendo severos reveses en distintas partes al revertírsele sus políticas como resultado de las nuevas formas de organización y de respuesta de la sociedad ante la corrupción del poder político. En Estados Unidos, la matanza de Tucson del 9 de enero dejó seis muertos y gravemente herida a la congresista demócrata Gabrielle Giffords, pero se revirtió contra el Partido Republicano y el Tea Party que durante meses alentaron la violencia contra los políticos reformistas y los migrantes con la pretensión de crispar la política de su país, pues abrieron un nuevo debate sobre las armas, los derechos de los indocumentados y la tolerancia. Y en México, las iniciativas de creciente violencia de Felipe Calderón, que él mismo bautizó en 2007 como “guerra contra el narco”, le han generado un repudio absoluto al PAN y al Yunque y han instaurado una más intensa discusión sobre la urgencia de terminar con el delirio calderonista.

10. El equipo de Felipe Calderón tendrá que responder algún día tanto política como judicialmente por sus políticas criminales, pero ahora al menos, en medio de la tragedia que vive México por la ambición y la estulticia de unos cuantos ultraderechistas, queda un saldo positivo por el hecho de que la sociedad civil ha encontrado nuevas formas de organización y de resistencia, de las cuales los múltiples casos de heroísmo civil quedan como ejemplo de la dignidad de un pueblo.

Garrido, Luis Javier. “La prisa” en La Jornada, viernes 14 de enero de 2011, consultada el 16 de enero de 2011, http://www.jornada.unam.mx